No cabe duda de que la corrosión es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los metales. Este fenómeno natural se produce cuando el metal reacciona a ciertos factores ambientales y puede suponer no solo un mal estético, sino problemas que conciernen a la seguridad personal.
Y es que, la corrosión puede comprometer seriamente la apariencia del metal y afectar a su resistencia o capacidad de carga. Sin embargo, existen ciertos tratamientos capaces de alargar la vida útil de un metal en gran medida.
¿Son todos los tratamientos para la corrosión iguales? ¡No! Por eso mismo es crucial elegir el método correcto atendiendo a dos factores principales:
- El tipo de metal.
- Los factores ambientales a los que estará expuesto.
Entonces…
¿Qué podemos hacer para evitar la corrosión?
#1. Elegir materiales poco corrosivos
Sin duda, la mejor forma de evitar la corrosión es optando por materiales como el aluminio o el acero inoxidable; que, por su composición, pueden estar a la intemperie y aguantar condiciones climáticas adversas sin dañarse.
Por ello, y siempre que la tarea lo permita, elegir metales que no se corroan fácilmente es el mejor medio de prevención.
#2. Usar una capa protectora
Si usas una capa de pintura no solo evitarás que la corrosión empeore, también mejorará la apariencia física del metal.
Sin embargo, no puede utilizarse cualquier tipo de pintura; pues deben ser especiales como la de caucho, que actúa como una barrera capaz de evitar que la estructura química del propio metal llegue a interactuar con elementos como el agua o el oxígeno, principales responsables de la oxidación.
#3. Aplicar una capa de polvo
Aplicar una capa de polvo es otro método utilizado para prevenir la corrosión. Esta capa aplicada sobre metal y calentada, forma una capa suave que la protege. Normalmente, este polvo está mezclado con elementos como el nailon, el uretano, el poliéster, la resina epoxi o el acrílico.
#4. Recubrir el metal
Si en lugar de la pintura aplicamos una fina capa de metal al propio metal, no solo se evitará que el metal objeto se dañe, también evitará la corrosión y mejorará su acabado estético.
¿Qué tipos de revestimiento metálico existen?
Galvanoplastia
En este tipo de revestimiento se pone una fina capa de metal de níquel o cromo en el sustrato dentro de un baño de electrolito.
Enchapado mecánico
Este revestimiento implica soldar el polvo en frío al material que se quiere proteger.
Revestimiento sin electricidad
En este método se usa la propia reacción química para depositar una capa de metal, como puede ser el níquel en el metal primario.
Inmersión en caliente
Esta técnica solo requiere que el sustrato se meta en un baño de metal protector.
El metal se encuentra en estado fundido, por lo que forma una capa protectora sobre el metal primario.
Usar inhibidores de la corrosión
Este tipo de sustancias se aplican a la superficie del propio metal y reaccionan, o bien con el metal o con los gases. El objetivo es suprimir los procesos químicos que hacen que el metal se corroa.
Revestimiento de sacrificio
Con este método se añade una capa de metal previsiblemente oxidable sobre el metal a proteger. De este modo, la corrosión solo afectará a la capa externa, dejando la capa interna intacta y garantizando la seguridad de la pieza.
Medidas medioambientales
En la corrosión, el medio ambiente juega un papel clave en el proceso de corrosión, por lo que controlando el propio medio se puede prevenir el deterioro.
Métodos tan simples como reducir la exposición del metal a la humedad o métodos algo más complejos como controlar el nivel de oxígeno, azufre o cloro.
Modificando el diseño
Otro de los tratamientos que se puede usar para prevenir la oxidación es ayudando a prolongar la vida útil del metal. Con unas pautas básicas como prevenir las grietas o surcos donde el metal pueda retener el agua o ayudar a que el metal pueda ventilarse correctamente.
También es importante considerar el mantenimiento regular con algún tipo de método accesorio.
Sin lugar a dudas, la planificación es la mejor forma de prevenir y tratar la oxidación. No es fácil lidiar con temas donde la física y la química entran en juego. Por eso, la mejor opción es apostar por expertos profesionales en el sector que te ayuden tanto a elegir materiales acordes a tu proyecto como a saber qué puedes hacer para prevenir este tipo de problemas.
En Aleaciones y Fundidos HM, contamos con años de experiencia en el sector. Si tienes alguna duda, no lo pienses más. ¡Consúltanos!